Unas palabras que se grabaron a fuego en mi consciencia son: vivimos en una época de distracciones épicas. Esto ha provocado un fenómeno muy interesante: un estudio realizado por Microsoft reveló hace ya un tiempo que la capacidad de atención del ser humano en internet ronda los ocho segundos. Cifra ahora rebajada por otros estudios hasta los cinco segundos. Y he escuchado que ya vamos por los 3 segundos.
Así que si estás leyendo hasta esta línea tienes una ventaja enorme.
El aburrimiento está a la orden del día, entonces entras a tu plataforma de streaming favorita, pones alguna serie, cuando suena una notificación de tu celular, lo desbloqueas y de pronto ya pasaste horas haciendo scroll infinito en tik-tok y tienes que repetir los capítulos de la serie porque no has entendido de que trata, o no y la dejas de ruido de fondo.
Nada de ese tiempo ha sido productivo, te ha aportado algo y ni siquiera ha servido de descanso real, simplemente estamos bombardeando nuestro cerebro de estímulos al azar sin sentido.
Ahora hay quien me ha dicho, porque esto de defender el ocio está de moda, que de todos modos no tenían nada mejor que hacer. Y estaría genial hasta ahí, el problema es que se quejan de que no hay buenas oportunidades, que no ganan lo suficiente, que no les alcanza el dinero, que la situación está bien difícil.
¿Qué es lo que desencadena todo esto? Simple: la falta de un objetivo.
¿Por qué le entregamos tanto tiempo tan valioso a llamadas intrascendentes, videos entretenidos, chismecito en redes? Porque no hemos identificado algo importante en que redirigir nuestra energía y tiempo.
Por ejemplo, si quieres ganar más dinero podrías: estudiar otro idioma, construir tu marca personal, hacer otra carrera, aprender de soft skills, certificarte en alguna disciplina útil para tu industria, todas las anteriores, iniciar un negocio, vender servicios por internet, etcétera, etcétera, etcétera.
Recuerdo cuando entré a la industria de multinivel, como intentaba que mis colegas también hicieran el negocio conmigo y jamás olvidaré la respuesta de uno de ellos: mira Josué, yo quiero salir de la oficina, llegar a mi casa, ver partidos de fútbol y luego la novela, no me voy a poner a invitar personas, promover productos, capacitarme, que flojera.
La historia cuenta que 8 años después mi colega sigue ganando lo mismo en el mismo trabajo de siempre con los mismos problemas económicos, mientras el loquito del multinivel se dedica a lo que le apasiona, tiene una empresa que paga su estilo de vida y no se puede quejar de nada.
No sé tú, pero si no estás invirtiendo tu energía y tu tiempo en lograr en el mediano plazo tener la vida con la que sueñas, estos dos importantes recursos se van a ir a actividades, quizá si muy placenteras, pero que te mantienen en el mismo lugar (que juzgando la expresión de la mayoría de las personas, es un lugar que no les gusta).
Te propongo un objetivo de esos que no están en el radar de forma cotidiana pero transforman la realidad financiera de las personas (tranquilo hace años que no hago multinivel): inscríbete ahora, hoy, en este momento, al workshop del 9 de noviembre. De ahí saldrás con objetivos claros, con estrategias comprobadas y empezarás a invertir tu valiosa energía y tiempo en algo que te regrese miles de veces más valor.
Luego no digas que no hay buenas oportunidades.
Pero no durará para siempre, la decisión es tuya.
Nos vemos en el workshop.
— J.