Cuando estaba comenzado a escribir mi segundo libro (que aún no se ha publicado), me detuve a reflexionar acerca de cómo había obtenido los resultados que tenía. Aunque estos todavía no eran súper fuera de serie estaba en una posición que mis contemporáneos admiraban sobremanera, ya tenía amigos multimillonarios y podía darme el lujo de vacacionar mientras seguía ganando dinero.
Había llegado hasta ahí porque tenía un objetivo claro, retirarme del mundo Godín en mis treintas. Este objetivo lo forjé mientras estaba en 5° de primaria, en un ejercicio donde teníamos que hacer un ensayo sobre como nos veíamos en 5, 10, 15 años en el futuro.
Me lo tomé muy en serio y escribí: “a los 35 voy a renunciar al mundo corporativo y vivir de mis negocios”. Establecí claramente a dónde quería llegar.
Como podemos apreciar la ignorancia cuesta del orden de millones de pesos en un periodo de 20 años, es por lo que debemos de definir con claridad nuestros objetivos e invertir en educación financiera de calidad para evitar que el dinero se escape de nuestras manos.
Pero bueno, tampoco es que esto sea extraordinario, la mayoría (o quizá podría decir toda) la gente quiere llegar a algún lugar, tener ciertas posesiones, tiene una idea de la casa, el coche, el trabajo y hasta la pareja de sus sueños, ¿o no?
Ahora esto no es suficiente. Siguiendo la analogía del GPS, podemos tomar cualquier aplicación o sitio de mapas y preguntarle dónde queda cierto sitio y nos detallará claramente en que continente, país, latitud y longitud se encuentra, sin embargo, al pedirle indicaciones de cómo llegar es indispensable que le digamos el punto de partida.
Esto era exactamente lo que damos por sentado al usar el GPS, porque la mayoría tenemos la ubicación automática activada o nos damos cuenta de donde estamos, pero en el camino del logro de grandes objetivos, como ser millonarios, pocas veces sabemos con exactitud nuestro punto de partida.
Entonces, el capítulo 1 de ese libro era sobre cómo tener un objetivo muy potente y el segundo acerca de cómo determinar el punto de partida preciso.
Esta es la manera para construir el mapa de tu riqueza. Claridad en lo que quieres obtener, y aún más importante, en que posición te encuentras en el juego del dinero para poder trazar el camino óptimo que te llevará hasta ahí.
Entremos en materia técnica, la pregunta del millón es: ¿cómo está evolucionando tu fortuna neta?
No importa cuánto ganas, sino el flujo del dinero que se suma (o se resta) de tu balance financiero mes a mes (quincena a quincena o año con año).
Para encontrar ese comportamiento aplicaremos la fórmula para determinar si somos ricos o no: Ingresos – Gastos. Si el resultado de esta ecuación es positivo, bienvenido al club, tu prosperidad está prácticamente asegurada. Si el resultado es cero, entonces solo hay que hacer ajustes para terminar de posicionarte en el buen camino. Pero, si el resultado es negativo, requerimos medidas drásticas (ojalá una de esas sea tomar una asesoría conmigo) para darle un giro urgente a la manera en como has estado deambulando sin rumbo por este mapa.
Comencemos por aquí, has un ejercicio muy profundo acerca de todas las fuentes de ingresos que tienes, si es solo una es más fácil pero más peligroso, y luego de manera honesta detalla todos y cada uno de tus gastos. Cuando creas que ya acabaste la lista, vuelve a exprimir tu memoria, revisa bien tus estados de cuenta, porque seguro has dejado unas 5 o 10 cosas que también se están llevando tu dinero. Ahora que ya está más completa, vuelve a repasar, la mayoría de mis consultados se ha dejado unas 2 o 3 salidas de dinero todavía.
Dejamos acá. Solo hagamos un pequeño experimento, tengo un premio (de esos que valen como 500 dólares) para quienes sean valientes y me manden ese ejercicio a [email protected] vamos a ver si te estás acercando a tu objetivo o vas en sentido opuesto.
Próximamente te mostraré cómo dejar de caminar para llegar a tu destino y empezar a correr o ir en auto o en jet.
– J.
P.D. Este premio solo estará disponible el mes de agosto de 2024.